La conferencia de José Ramón Gamo y su intento de revolución de la educación me ha hecho reflexionar sobre nuestro propio sistema educativo. La neurodidáctica se encuentra con el inconveniente de que la propia ley educativa no favorece su aplicación.
Esta misma opinión se ve apoya por varios expertos en neurociencia y educación. Por ello, me gustaría darles voz a los entendidos en el tema, quienes nos explican los fallos, problemas e impedimentos de nuestro sistema educativo:
Me gustaría destacar varios puntos que deberíamos cambiar de nuestra educación, entre otros muchos aspectos:
- Adaptarnos a los diferentes ritmos de trabajo de nuestros alumnos.
- Respetar las velocidades diferentes de desarrollo del cerebro.
- Cambiar nuestro sistema de evaluación del aprendizaje a uno más auténtica, que no contempla el examen como medio de evaluación.
- Eliminar el estrés de las aulas.
- Estimular la capacidad de querer saber, para lo que debemos motivar a los alumnos a través de la emoción por aprender.
- Eliminar la memorización, porque el cerebro no aprende de esta forma, sino que aprende haciendo (por ejemplo, utilizar el enfoque por tareas).
- Menos alumnos en las aulas, porque debemos prestar una atención individualizada para poder adaptarnos a los ritmos de aprendizaje.
- Introducir el aprendizaje cooperativo en las aulas, porque se aprende más y mejor.
- Darle el protagonismo a nuestros alumnos, que no lo tenga el profesor.
Necesitamos provocar esa gran revolución del sistema educativo, porque estamos obligando a que los niños comiencen su aprendizaje en una educación que resulta ser un fracaso. Un fracaso debido al hecho de que no incorporamos al aprendizaje de los niños las técnicas con las que funciona nuestro cerebro. Como ha dicho Javier Blumenfeld, pediatra y miembro del observatorio para el desarrollo de innovaciones en el ámbito educativo, tenemos una especie de "educación bulímica", que hace que engullamos muchos contenido para después llegar a vomitarlos en un examen. Realmente, gracias a la neurociencia, sabemos que así no se alcanza el aprendizaje y no se afianzan los conocimientos: ¿es esto lo que queremos de nuestros alumnos?, ¿no debemos hacer caso de la neuroeducación e introducir cambios en nuestro sistema educativo?, ¿por qué no seguimos los consejos de los expertos? Entre todos deberíamos aprovechar los avances de la neurociencia en la educación y aplicar las técnicas a nuestro sistema educativo.
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